¿Qué hacer con el tiempo muerto?

X se quita los auriculares con incredulidad, como si el rap que escucha pudiera estar confundiéndolo. No puede creer la larga fila que corre por toda la cuadra y dobla la esquina: es la fila que él debe hacer si quiere terminar el trámite en el Anses. Resignado le pregunta a una señora el motivo de la cola —como si existiese realmente alguna posibilidad de que aquella fila no sea la suya— y ocupa el último lugar. Pasan dos, tres segundos y ya tiene ganas de irse. Que el trámite quede inconcluso, cualquier problema que pueda derivarse por no terminarlo debe ser menor a esto, piensa. La fila avanza medio paso. X mira la pared: ahí está Llanura.

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